Queridos lectores a continuación os vamos
a contar la historia de uno de los recursos más destacados de nuestra ciudad,
el Castillo Santa Bárbara.
El Castillo de Santa Bárbara está ubicado
en la cumbre del monte Benacantil, a 166 metros de altitud. En él
se encuentra una de las más grandes fortalezas medievales de España desde la
que se divisa a la perfección la bahía de Alicante.
En sus laderas se han encontrado restos
arqueológicos de la Edad del Bronce, ibéricos y de la época romana, pero el
origen de la actual fortaleza data del siglo IX durante la dominación
musulmana.
Adquiere este castillo el nombre de Santa
Bárbara porque el día de su festividad, 4 de Diciembre de 1248, la tomó a los
árabes el infante Alfonso de Castilla, futuro rey Alfonso X el Sabio. A
continuación, Pedro IV el Ceremonioso manda sea rectificado el recinto y el rey
Carlos I ordena su fortificación a comienzos del siglo XVI.
Es en el reinado de Felipe II (1527-1598)
cuando se produce la gran reforma del castillo en el año 1575 de la mano de
Juan Bautista Antonelli y Jorge Palearo "El Fratín", con la
construcción de diferentes dependencias que pudimos ver en nuestra visita.
Sin embargo, a causa de los
bombardeos que sufrió el castillo sobre todo durante la guerra de Sucesión
(1701- 1714) en la que estuvo bajo el poder de los ingleses, la mayor parte del
reciento se vio gravemente afectada. Podemos destacar, en el año 1873, la
última acción militar que sufrió el recinto por parte de la fragata acorazada
"Numancia".
En 1893 se desartilló el castillo, sin
ningún valor militar. Se fue deteriorando con el paso del tiempo y ya sólo
sirvió como alojamiento para enfermos por la peste y el cólera y como prisión,
sobre todo durante la guerra Civil Española (1936-1939) donde primero
recluyeron a prisioneros afines al bando Nacional, y posteriormente a
prisioneros afines a la Segunda República, la mayoría procedentes del puerto de
Alicante y del campo de concentración de Los Almendros. Hasta 1963, año en el
que fue abierto al público, estuvo en una situación de abandono.
PARTES DEL CASTILLO
El Castillo Santa Bárbara se divide en
tres recintos a diferentes alturas:
En el recinto inferior (s.XVIII) con forma
de tijera encontramos a mano derecha el Revellín del Bon Repós, que
actualmente hace función de aparcamiento para autobuses. Por otro lado, en la
parte izquierda se sitúa el Baluarte de Santa Ana el cual funciona de
parking para turismos. Por último, entre ambos extremos encontramos bajo
tierra el Aljibe (s.XVI), el cual abastecía de aguas pluviales a
las personas del Castillo.
Restos de la ermita de Santa Bárbara. Elaboración propia. |
En el recinto intermedio (s.XVI) se
sitúan las dependencias más importantes del Castillo. De bajo hacia arriba
encontramos a mano derecha el Baluarte del Rey, a mano izquierda el Baluarte de
la Reina, donde se pueden apreciar graffitis de los presos del Castillo y
ruinas de la Tahona. En el centro, nada más entrar, la taberna junto con el Cuerpo de Guardia situado en la Plaza de Armas, espacios que sirven para exposiciones
temporales en los cuales actualmente esta la de "La Fortaleza del Anillo", "El Año de la Tierra Media en el Castillo de Santa Bárbara". A escasos metros, encontramos a la derecha los restos de la ermita
de Santa Bárbara donde se puede apreciar a malas penas el altar mayor y sus
arcos de medio punto, que es lo único que queda de ésta tras la explosión
originada por unos barriles de pólvora que no se encontraban en el almacén
llamado “el Polvorín”, situado arriba de la ermita, en el recinto
superior. A la izquierda el Cuartel de la Tropa donde se encuentran
en sus paredes los diferentes escudos de apellidos de la ciudad de Alicante,
además de ser el acceso al ascensor.
Escudo ciudad de Alicante S. XV situado en la "Sala Larga" Elaboración propia. |
El recinto más alto se hace
llamar “La Torreta” (s.XIV), haciendo referencia a la vieja Torre del
Homenaje. En él encontramos el Baluarte de los Ingleses, el Parque de
Ingenieros, Casa del Gobernador, la Torre de Santa Catalina, la Alcazaba
Medieval y la Sala Noble, la cual hacia función antiguamente de hospital en la
que se puede apreciar actualmente la chimenea en un buen estado junto con la
exposición de objetos de diferentes épocas del castillo. Además, en nuestra
visita pudimos acceder
a los calabozos y elfamoso
a los calabozos y elfamoso
Escudos de las familias más influyentes situado en la "Sala Larga". Elaboración propia. |
boquete de la contramina del
año 1709, los cuales también se sitúan en este recinto. Con forme fuimos
subiendo a la parte más alta del castillo después de la Sala Noble encontramos
una nueva sala, la Sala Larga, con fotos en las que se puede apreciar la
forma de vida de los alicantinos e incluso una serie de escudos haciendo
referencia a los apellidos de la ciudad y a las familias más influyentes,
además del escudo de la ciudad de Alicante en el siglo XV. Finalmente,
nuestra visita acabó en “El Macho” del Castillo, donde disfrutamos de las
vistas de toda la ciudad de Alicante.
Por último, os queremos
comentar la existencia de una serie de matacanes, abiertos por la parte
inferior, por donde se tiraba aceite hirviendo, brea , piedras, excrementos…
con el fin de dificultar el ataque al Castillo. Esta información no suele
aparecer en páginas informativas del Castillo ya que actualmente no existe ninguno
de ellos. Nosotros conocimos dicha información gracias a nuestros dotes
comunicativos durante nuestra visita.
LEYENDAS
Existen muchas
leyendas sobre este castillo, a continuación, nosotros os vamos a explicar
algunas de las que más destacan.
1. Nicolás Peris,
gobernador del Castillo, se resistió tanto a la pérdida de la fortaleza que se
vio obligado a combatir contra el ejército de Jaime II. Finalmente, fue tal la
lealtad de Nicolás Peris que murió aferrado a las llaves y fue imposible
arrebatárselas, por lo que la única solución fue cortarle la mano. Pero
aun así no hubo forma de separar las llaves de la mano entonces decidieron
arrojar las llaves al monte Benacantil. Cuenta la leyenda que mientras las
llaves estén en la mano de Nicolás Peris, la ciudad de Alicante siempre estará
protegida. Ya que las llaves son una representación del poder del Castillo.
2. Uno de los hechos
reales más importante ocurrido en el Castillo fue la explosión de la mina
durante la Guerra de Sucesión. Al mando del mariscal Claude D’Asfeld, las
tropas francesas colocaron 1.500 quintales de pólvora en la mina con el fin
de echar a los ingleses que en ese momento se instalaban en el Castillo.
Un 28 de febrero de 1709 hicieron estallar la mina mientras los ingleses
celebraban una cena de gala justo sobre ella, sin embargo, éstos no creyeron
posible la advertencia del mariscal francés de que iba a volar la mina del
Castillo, tampoco se creyeron el ultimátum de 72 horas para abandonar la
fortaleza, es éste el origen de la contramina, situada en el recinto
intermedio, cuyo fin principal era paliar la posible explosión, aun así no
lograron evitar una masacre. A pesar de este suceso, las tropas inglesas aún
resistieron 46 días el asedio francés.
3. Una de las leyendas de
amor más conocida por los alicantinos corresponde a la famosa “Cara del Moro”,
situada en la ladera del monte Benacantil sobre el cual esta el Castillo de
Santa Bárbara. Esta leyenda data de la época de la dominación árabe en la cual
Alicante se hacía llamar Medina Laquant.
El príncipe
musulmán que gobernaba el castillo sólo tenía una debilidad: su única y bella
hija Zahara. Los problemas comenzaron cuando ella se enamoró de un joven
caballero cristiano, Ricardo de Oñate, ya que su padre la había ofrecido
al Sultán de Damasco para que contrajera matrimonio con él. Al cabo del tiempo
el príncipe musulmán se enteró del romance de su querida hija con Ricardo al
que encarceló. Tras las muchas suplicas por parte de su hija Zahara para que lo
liberara su padre como respuesta le propuso el siguiente trato: "Si mañana
aparece la tierra blanca te dejaré que te cases con él, y si no es así, morirá
colgado de la torre más alta del castillo".
Al día siguiente
sorprendentemente apareció nevado de azahar, la blanca flor del almendro.
Zahara, llena de felicidad fue a decírselo a su padre, el cual miro hacia la
torre más alta donde pendía sin vida el cuerpo de su joven enamorado. Ella
corrió hacía él y en un abrazo mortal se precipitó con su amado por el
acantilado. Posteriormente, el padre tras lo sucedido se precipitó tras ella
monte abajo por ello se dice que quedó plasmada su cara en la sierra del
Castillo Santa Bárbara.
Vista del castillo desde la terraza del Hostal "La Milagrosa" en la que se aprecia la famosa "Cara del Moro". Elaboración propia. |
Abel Pastor, Jordi Giner y Paula García.
Bibliografía :
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